LEYENDAS FAMOSAS DE GUATEMALA
Dentro de las leyendas de Guatemala y como toda región centroamericana se relata las aventuras y desventuras de personajes físicos y metafísicos correspondientes a personas, animales o cosas quienes, aunados a la mitología maya en el sincretismo indígena, se presentan más que para entretenimiento como una forma de educar a los oyentes y rectificar caminos mal trazados.
La Siguanaba es uno de los personajes míticos más famosos en Guatemala, quien es protagonista de varias historias de terror en boca de chapines que forman parte del folclor.
Esta criatura de la mitología guatemalteca se presenta a los hombres infieles como una mujer de hermoso cuerpo y cabello largo. Pero cuando la observan de cerca, tiene rostro de caballo.
El Sombrerón De acuerdo con los relatos el Sombrerón es un personaje de una estatura pequeña, del tamaño de un dedo de la mano y puede caber escondido bajo una almohada. Viste de negro con un cinturón muy brillante, usa un sombrero grande y unas botas con tacones que hacen ruido al caminar. También es conocido como “tzitzimite” y según las historias le gusta subirse a los caballos y hacerles nudos en la cola y las crines, nudos minuciosos y cuesta mucho deshacernos, los caballos quedan muy ariscos después de ser montados por el Sombrerón y es muy difícil que una persona pueda acercarles.
La Tatuana Es una mujer bella y joven que aparece por los pueblos y ciudades, con grandes ojos celestes y conocedora de todas las cosas de amor. Coloca en un pequeño cuarto una venta de hechizos de amor con los que liga a hombres y mujeres. Al causar tanto alboroto en el pueblo, es capturada y llevada a la cárcel del pueblo donde se instala con su venta. Cuando está en la cárcel saca un pedacito de tiza o un carbón, pinta un barquito en la pared, se sube a él y sale volando por los barrotes de la prisión y se aparece haciendo favores de amor en otro pueblo o aldea.
El Carruaje de la muerte Cuentan desde tiempos inmemoriales que después de la hora de las ánimas, a las ocho de la noche, sin que nadie se acuerde de haberlo visto, se escucha en el empedrado de las calles el rodar de las chillantes ruedas del carruaje de la muerte, que guiado por caballos negros va en busca de las almas de los muertos. Se dice que el carruaje de la muerte se queda enfrente de las casas en la que morirá una persona y se lleva sus almas.